CORTOGENIAL 2011

La segunda edición del certamen de Cortometrajes de Puente Genil, CortogeniAl, tuvo lugar del 24 al 26 de noviembre de 2011 en el Teatro-Circo de Puente Genil. En el cartel ya podemos ver la figura de la que será nuestra mascota, Cortogenialito, que está presente en la mayoría de nuestras ediciones. 

De nuevo y por segundo año consecutivo, CortogeniAl acerca los cortometrajes a Puente Genil por medio de la organizacion de un certamen en el que se premia a este género. 

Nuestra programación en 2011 estuvo colmada de cortos expuestos en las diferentes secciones oficiales, además del espectáculo Pasión por el cine y la actuación de diferentes artistas locales.

DEl 24 al 26 de noviembre de 2011 en el Teatro- Circo de Puente Genil, tuvo lugar la proyección de los cortos a concurso y en el último día, tras la segunda parte del espectáculo, el jurado otorgó los diferentes premios a los cortos ganadores.

PREMIADOS CORTOGENIAL 2011

Primer Premio: Marina, de Álex Montoya.

El primer premio del segundo certamen de cortometrajes de CortogeniAl lo obtuvo Álex Montoya con su cortometraje Marina.

Es noche cerrada y Marina llora. El mar golpea el puerto de una pequeña población pesquera. Un hombre se le acerca y le pregunta “¿Cuánto?”.  Se muestra a raíz de esta historia la importancia de los sentimientos en la vida, por medio de un encuentro fortuito entre dos personas. 

 

 

Segundo Premio: El somriure amagat, de Ventura Durall. 

Ventura Durall se llevó el segundo premio del segundo certámen de CortogeniAl con su cortometraje El somruire amagat.

El somruire amagat o la sonrisa escondida en castellano, es un relato realista en el que se sigue a un niño etíope de 10 años, dando a comprender la enseñanza en valores que tienen los niños en este lugar.

 

Premio Especial del Público:  ¿De qué se ríen las Hienas?, de Javier Veiga

El premio del público fue para Javier Viega y su cortometraje ¿De qué se ríen las hienas?. Se nos narra la historia de Sofía, que tiene 38 años y siempre ha querido ser madre. Su reloj biológico está a punto de estallar y, de manera inconsciente, hace tiempo que sólo ve a los hombres como posibles donantes de semen. Jaime tiene 34 años y nunca ha pensado en ser padre ni se ha imaginado su vida con hijos. No entiende cuál es el impulso que lleva a la gente a tenerlos. Sofía y Jaime se conocen una noche y empiezan una relación. De manera inevitable, el tema de los hijos se convierte en el protagonista de muchas de sus conversaciones y de casi todas sus discusiones.